Nuestra bodega está ubicada en Perdriel, Luján de Cuyo, a unos 30 minutos de la ciudad de Mendoza, en el corazón de las zonas enoturísticas más importantes de Mendoza. Al entrar somos recibidos por nuestras cepas de Malbec. La bodega en sí ha sido construida en un estilo clásico moderno, rodeada de jardines diseñados por un paisajista utilizando plantaciones nativas y teniendo como telón de fondo la cordillera de los Andes.

Tecnología:

La bodega cuenta con la última tecnología en la elaboración de vinos de la más alta calidad: tanques de acero inoxidable de pequeña capacidad y depósitos de cemento, cada uno con controles de temperatura independientes, permiten un seguimiento específico y detallado de cada uno de nuestros vinos. La crianza se realiza en barricas de roble francés y americano. La bodega también cuenta con equipos que reciben, clasifican y seleccionan las uvas entrantes y posteriormente embotellan, etiquetan y envasan el vino para su envío, lo que nos permite controlar la calidad en cada etapa del proceso de elaboración del vino. Hemos obtenido la certificación ISO 22.000 para nuestro proceso de producción, lo que confirma nuestro objetivo de entregar vinos premium que reflejen exactamente lo que ofrece la naturaleza.

Los Viñedos:

Los tres viñedos que proveen la uva para los vinos Foster Lorca están ubicados en el prestigioso Valle de Uco, a 100 kilómetros (60 millas) al sur del centro de Mendoza. El Valle de Uco es considerado mundialmente una región vitivinícola privilegiada por sus cualidades naturales. Se encuentra entre 1.050 y 1.500 metros (3.400 a 4.900 pies) sobre el nivel del mar; la temperatura puede bajar unos 25º C (77º F) durante la noche y ofrece una variedad de microclimas que permiten la siembra de diferentes variedades, cada una con las condiciones específicas necesarias para desarrollar y revelar su esencia. Se aplica un cuidadoso manejo del viñedo y una extensa cosecha en verde, buscando producir suficiente uva por cepa solo para una o dos botellas. El reducido número de uvas se beneficia de la concentración de taninos y de la vitalidad de las cepas hasta el momento indicado para la vendimia. El riego por goteo instalado utiliza agua del deshielo de los Andes, aportando así nutrientes naturales y minerales al suelo y, en última instancia, a los vinos.