Cinco sentidos la historia de la bodega argentina

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Su historia vitivinícola se inicia en 1955, cuando Manuel Rodríguez Lareiro, inmigrante portugués llegado a la argentina en el año 1930, inicia su actividad en una empresa de perforación de petróleo y pozos para la extracción de agua.

La ciudad de Mendoza es prácticamente un desierto y por ello, el agua es un recurso importantísimo e indispensable para la producción agrícola. A raíz de esto en 1955, el abuelo Manuel invierte en su primera finca de 12ha, a la que llamó junto a su mujer Francisca “Finca Algarve” en recuerdo de su tierra natal en Portugal, región de Algarve donde nacieron ambos. Años después fueron incorporando más superficie de fincas colindantes a esa primera tierra. En donde hoy cuentan con 100ha de viñedos de producción de uvas viníferas de alta calidad.

Desde siempre se dedicaron a la vitivinicultura, ofreciendo tanto uvas como vinos elaborados para las grandes bodegas de Mendoza. Ya en el año 2002 fue que los 4 hermanos/nietos, ya como 3º generación de productores, decidieron dar un nuevo paso más hacia adelante, orientándose a la elaboración de vinos premium de exportación. Es ahí cuando nace Cinco Sentidos, nombre que dio origen a esta marca de vinos.

La idea de Cinco Sentidos surgió como concepto indiscutido que a nivel familiar tienen respecto al disfrute de tan noble bebida como lo es el vino. Una bebida para disfrutar no solo desde lo enológico, sino también como excusa de encuentro social con familia y amigos. Es justamente ahí donde uno se encuentra con los “Cinco Sentidos”, no solo Vista, Olfato y Gusto…. sino también el Tacto y el Oído que se generan en el encuentro social. Disfrutar de eso era y sigue siendo el motor en esta industria.

El Tardío Tinto (Late Harvest) es un Malbec Fortificado, con un paso por barricas de 18 meses tanto en roble francés y americano. El vino fortificado, fortalecido o generoso es aquel vino que, en su proceso de elaboración, incorpora procesos especiales para aumentar su estabilidad y aumentar su graduación alcohólica. Sin perder por ello su condición de derivado 100% de la uva.

La técnica más común para fortificar el vino es el “encabezado”, consiste en añadir alcohol durante o antes del proceso de fermentación. Esto da como resultado un vino de mayor graduación alcohólica (17 a 25°GL), de mayor textura y sabores más robustos. Generalmente, este tipo de vinos son más dulces debido a los azúcares que no consiguieron fermentarse. También tienen mayor estabilidad: una vez abierta, una botella de vino fortificado puede durar varios meses sin perder sus propiedades al gusto.

Hoy, la bodega está con sus vinos en 23 países, ofreciendo lo mejor que hacen, es decir vinos de altísima calidad reconocidos en el mundo.

Vista: Presenta un rojo oscuro vivo e intenso.

Olfato: Un vino con una mezcla linda, tiene recuerdos a chocolate, vainilla y clavo de olor, por otro lado, tiene notas de sauco, ciruelas, membrillo, pasas y muchos frutos secos.

Gusto: Es un vino dulce, intenso, bien balanceado, sabroso, con recuerdos de mucha fruta y de un final largo.

Maridaje: Perfecto para acompañar todo tipo de postres, sobre todo los de chocolate, también perfecto para los cheesecake con frutas cítricas y hasta para combinar con frutas solas.

Por: MARIANA GIL JUNCAL

Fuente: elcomercio.pe/

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